La razón más habitual por la que una empresa nos solicita una valoración contable es que su auditor le haya pedido a un experto independiente que realice la valoración de un inmueble de su propiedad para determinar una posible evolución del valor. En ocasiones, es directamente la empresa quien toma la iniciativa de justificar el cambio por razones fiscales. Tasa emite valoraciones para calcular el valor razonable, así como el valor en uso y el valor neto realizable, dependiendo del tipo de inmueble y la evolución.
El objetivo es actualizar el valor patrimonial del activo y reflejar la imagen fiel de la compañía. El informe puede ser aceptado por la administración para justificar una reducción en el impuesto de sociedades. Cuando la solicitud es a instancias del auditor, la valoración permite tener una auditoría limpia, sin salvedades ni objeciones de ningún tipo. Una circunstancia relevante para los accionistas de las empresas y para las entidades financieras.
Otro motivo por el cual nos interesa saber el valor de un inmueble es por diversos aspectos contables que comprenderían desde un simple asesoramiento, pasando por divisiones, subastas y adquisiciones, hasta operaciones mercantiles o societarias.
En definitiva tenemos aquí múltiples casos como son: